Ciborg: fallo del sistema
Dibujo a lápiz y rotulador y fondo digital
Año 2023
Medidas: 29 x 7 x 42 cm
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A lo largo de la historia el cuerpo humano ha sido visto como una maravilla de la naturaleza y se han ido poniendo de manifiesto sus fallos: enfermedades, envejecimiento, lesiones. Tanto el cuerpo en su estado más perfecto como en el más deteriorado, por fuera y por dentro, ha sido objeto de representación en el arte, desde las pinturas rupestres hasta obras como Las tres edades de la mujer de Klimt o El grito de Munch. La fragilidad del cuerpo ha impulsado a la humanidad a buscar soluciones de todo tipo, científicas, médicas y también artísticas; explorando su complejidad y vulnerabilidad, reflejando la lucha constante contra sus limitaciones. La medicina ha permitido documentar y comprender cada parte del cuerpo, mientras que la ciencia ficción ha dado lugar al concepto del ciborg: una fusión de lo biológico con lo mecánico.
La exposición “Bodies, The Exhibition” fue un punto de inflexión en esta reflexión, al confrontar directamente la vulnerabilidad del cuerpo humano. La integración de la tecnología ha crecido, dando lugar a avances como prótesis, implantes cibernéticos y nanotecnología. En la ficción, personajes como RoboCop o Major Kusanagi en Ghost in the Shell plantean cuestiones fundamentales sobre identidad y humanidad: ¿hasta qué punto un ciborg sigue siendo humano?
Este proyecto artístico aborda la evolución del cuerpo hacia lo posthumano. Los dibujos representan extremidades y órganos transformados en componentes tecnológicos, explorando la idea de un cuerpo que no solo repara fallos, sino que busca mejorarse a sí mismo. Con una estética inspirada en la ciencia ficción busco el contraste entre lo orgánico y lo mecánico.
Me pregunto ¿es el ciborg la solución al "fallo del sistema" que es el cuerpo humano, o estamos creando nuevas vulnerabilidades? La muerte sigue siendo una certeza, y la frustración por no poder evitarla, especialmente tras experiencias personales como la pérdida de un ser querido, refuerza la necesidad de integrar la biotecnología en la vida cotidiana. La tecnología ofrece esperanza, pero también plantea dilemas sobre identidad, dependencia y la verdadera esencia de lo humano. Se lo plantea a algunos porque a mí no me lo plantea en absoluto. Para mí la evolución hacia el ciborg no implica una pérdida de humanidad, sino una redefinición de sus límites. La pregunta clave es hasta dónde estamos dispuestos a llegar en la búsqueda de la perfección y qué implicaciones traerá.​
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