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Mirar sin ver

Video

Año 2022

El mundo se despliega ante nosotros como una secuencia de imágenes. Caminamos entre sombras y luces, entre reflejos y figuras borrosas, sin detenernos a distinguir lo que realmente habita en nuestro entorno.

Vivimos en la inercia del movimiento, en la repetición de lo cotidiano, sin darnos cuenta de que estamos mirando sin ver.

Siempre me ha atraído lo difuso, aquello que no se muestra con claridad. Lo borroso despierta el deseo de descifrar, de completar la imagen ausente, de afinar la mirada más allá de la superficie. Pero ¿y si en esa búsqueda nos olvidamos de lo inmediato? ¿Y si en la niebla de la percepción dejamos de ver a quienes nos acompañan?

Las calles, las ventanas, los edificios, las personas; todo se convierte en una postal en tránsito, una escena que se despliega ante nuestros ojos y que olvidamos al instante. No es que no miremos, es que miramos sin querer ver. La vida sigue su curso y nosotros, absortos, no vemos, no percibimos la luz, no escuchamos el silencio ni el ruido, no sentimos.

En la verdad, como en el arte, hay un velo que se corre solo para aquellos que desean enfrentarse a ella. Lo nítido nos obliga a asumir la realidad, lo borroso nos deja espacio para la interpretación, para la ambigüedad, para la evitación. Lo claro es definitivo y, a veces, muy doloroso, sobre todo porque es verdad.

En este video exploro la soledad, la incertidumbre, la angustia de la existencia. Busco esa sensación en mi trabajo: el instante en que la imagen se disuelve, en que el espectador debe decidir si quiere ver o seguir mirando sin ver.

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